La marihuana prohibida: “Los mejicanos violan mujeres bajo sus efectos”

1936. Hay que dar trabajo a la policía una vez abolida la Ley Seca. Además, el cultivo de cáñamo molesta a la industria del algodón, con gran poder en la prensa. Para satanizar pues el cáñamo, se ha asociado su consumo a los inmigrantes mejicanos que la usan habitualmente para divertirse y relajarse. La entrada de mejicanos como mano de obra barata fue inicialmente bien recibida, pero la gran depresión, posterior al crack del 29, los ha convertido en una competencia temida por los trabajadores del país. Se atribuye a su consumo de cannabis la realización de robos, violaciones y asesinatos, y se les acusa de introducirla en los colegios para envenenar a la juventud americana. La marihuana, razonan, explica su atraso racial. La policía también se queja. Un capitán de policía de Tejas ha declarado a la prensa que bajo los efectos de la marihuana los mejicanos se vuelven “muy violentos, especialmente cuando se ponen furiosos y atacarían a un oficial de policía aun cuando este les esté apuntando con un revólver.” La marihuana, continua el policía, multiplica su fuerza: “Parecen no tener miedo, bajo los efectos de esta hierba tienen una enorme fuerza, y se necesitarían varios hombres para tratar con alguien que, bajo otras circunstancias, solo habría necesitado un agente”. Hay que prohibirla.