El futuro del cannabis: tres posibles escenarios de futuro


Escenario 1: La Arcadia feliz

Tras la intervención de la Plataforma por la Normalización del Cannabis en la Comisión sobre Drogas del Congreso, los miembros de los partidos allí representados quedaron sorprendidos. Trasladan su inquietud a los responsables de los partidos y, aunque siguen sin estar convencidos de la oportunidad de realizar cambios legales, comienzan a ver la necesidad de replantear el problema y abrir un debate social serio al respecto. Los periodistas empiezan a denunciar los atropellos a los derechos civiles que se cometen en nombre de la guerra contra las drogas en general y contra el cannabis en particular, y crece una corriente de opinión favorable a respetar las decisiones individuales de los miembros de la sociedad siempre y cuando no perjudiquen directamente a terceros. Tras un par de años, el parlamento decide legalizar la situación del cannabis, tratándolo como una sustancia alimentaria más a la que se aplican las mismas restricciones que al alcohol o el tabaco. Por primera vez, es posible entrar en un supermercado y, en la sección de cáñamo elegir entre una Durban Poison o una SuperSkunk, en paquetes de 5, 10, 50 o 100 gramos.

Escenario 2: Resistencia inutil.

Se extiende entre ciertos sectores el sentimiento de que la prohibición del cannabis es injusta. Los consumidores empiezan a salir del armario y a mostrarse ante amigos y vecinos como personas normales, y la aceptación social de una realidad va creciendo. Tras el crecimiento de las organizaciones dedicadas a la lucha por la legalización, aparecen los primeros clubs de catadores, en locales privados y a los que sólo se accede con identificación. Allí, en ese espacio privado no sólo se fuma, sino que se intercambia material con o sin compensaciones económicas. Van creciendo los locales y las autoridades actúan contra ellos. Tienen lugar algunos cierres y detenciones, pero el negocio alegal montado alrededor de estas asociaciones hacen que crezcan como la espuma locales donde puede conseguirse marihuana con cierta normalidad. De modo parecido a lo que ocurrió en Holanda hace 30 años, tras algunas resistencias legales, las autoridades y la opinión pública van aceptando este hecho como una situación de facto contra la que resulta contraproducente luchar.

Escenario 3: La prohibición redobla esfuerzos.

Con la excusa de normalizar y regularizar los smartshops y growshops, las autoridades antidroga consiguen que se legisle especificamente la prohición de la venta de semillas de cannabis, así como de la parafernalia destinada al cultivo o consumo. Los científicos a sueldo del Plan Nacional ponen en marcha la máquina de publicar horrores respecto al uso de cannabis y justificar así un incremento de la represión policial. La prensa se encarga de repetir y amplificar el nuevo mensaje oficial: "No sólo el cannabis es malísimo, sino que además esta creciendo una cultura relacionada con él que propicia el incremento del consumo. Quienes defienden la legalización de la marihuana lo hacen por motivos mercantilistas y sin tener en cuanta los horribles males que pueden ocasionar a la influenciable juventud de este país". Así, se incrementa la represión de los cultivos particulares y se empiezan a castigar con penas de cárcel, aun para pequeñas cantidades. Las revistas de información sobre el cannabis son prohibidas por que suponen una apología del delito.

Si tuvierais que apostar, ¿que escenario eligiriais?

1 Comentarios:

Anonymous Cannaheart said...

Sin duda el escenario 1. Seria la polla

9:07 p. m.  

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