Preceptos para prohibidores




1. Hablad siempre de la Droga, con mayúsculas. No caigáis en la trampa de distinguir entre unas y otras: todas son iguales. Las drogas blandas no existen. Todas son escalones hacia un mismo destino: la destrucción física y mental.

2. La droga mata, engancha y destruye el tejido social. Las personas no están preparadas para, conociéndola,resistir sus encantos sin perecer. Pasa como con los placeres de la carne, que también conviene reprimir, aunque ahora no esté de moda. La mejor manera para que eviten las tentaciones es privarles de ellas, aunque sea por la fuerza y contra su voluntad.

3. En lo que respecta al alcohol y al tabaco, no las consideraréis drogas si ha de servir para ver que incluso sustancias peligrosas pueden usarse en libertad. Abominad de la "cultura del botellón", pero os está permitido brindar con cava en los Partidos contra la Droga y otros hechos sociales de parecido calado. Podéis incluso valorar la cultura del vino y asistir a ceremonias donde se alaben sus virtudes.

4. Toda sociedad tiene derecho a defenderse de las conductas que considera peligrosas. Para ello, puede utilizar a la policía y al ejército. El uso de drogas es una de las conductas más peligrosas contra las que hay que luchar, y, por tanto, ante ella todos los medios son lícitos: el fin lo justifica.

5. Los objetivos por los que luchas son bienes superiores que deben imponerse. La Salud Pública es uno de ellos, pero no el último. El objetivo último es moral: dictar cómo debe buscar cada cual su felicidad,delimitarle los riesgos a asumir para hacerlo y ayudarle a elegir mediante una combinación de represión e desinformación.

6. La educación sobre drogas tiene como objetivo la formación, no la información. Queremos formar hombres que teman a las drogas y a sus efectos, que sepan que tras sus paraísos artificiales se esconde siempre la amenaza de la muerte y la estrucción psicológica, y que acepten las restricciones a las que se les somete para protegerles de sí mismos. Nuestro principal aliado es el miedo: el miedo a la libertad, el miedo a lo desconocido, el miedo a la enfermedad, el miedo a la muerte.

7. Tenéis enemigos que pretenden subvertir el orden social mediante las drogas. Hacen apología de ellas y quieren hacer creer que es posible usarlas con responsabilidad. También quieren hacer creer que mejor que combatirlas es hacerlas legales. Debéis tomar medidas para dificultar que expresen su opinión, ya sea en los grandes medios de comunicación, como en Internet. La ONU os respalda.

8. No os dejéis engañar con la trampa de que el debate es bueno. No lo es. Debatir sobre la legalización sólo puede servir para debilitar el buen trabajo que se está haciendo.

9. Usad la infancia y la juventud como coartada para restringir las libertades también a los adultos. Ante cualquier propuesta de liberalización habéis de ver un "mensaje erróneo a nuestros jóvenes" que debe ser combatido.

10. El estado de derecho dificulta nuestra lucha contra la Droga: debéis quejaros de los impedimen¬tos que los legalismos ponen al trabajo de los prohibidores. Necesita¬mos poder realizar escuchas sin mandamiento judicial, entrar en los domicilios sin orden de registro, disponer de los bienes de los detenidos aunque no haya sentencia en firme, y poder incitar al delito para pillar a los camellos.
Os lo resumo, por si no lo entendéis: La Droga mata. La Droga engancha. Todas las Drogas son ¡guales. Nadie controla con las drogas. Contra la Droga, todo está permitido. Si te ofrecen drogas, simplemente di NO.

1 Comentarios:

Anonymous Anónimo said...

Es curioso advertir que muchos grupos humanos se definen por su oposición a otro. Para ejercer el reduccionismo del bien-mal hace falta alimentar mentes ajenas a las posibilidades de la dialéctica. Totalmente de acuerdo con tu texto y su ironía. Una pena que sea el paradigma imperante

8:02 p. m.  

Publicar un comentario

<< Home